De repente se hizo la noche…
Casi todo lo que has de traer no tendrá valor en este juego de pérdidas, incluso tus cartas marcadas no sirven mucho en este viejo tapete de tahúres. Siempre pensé que no hay derrotas dulces, pero es hermoso atravesar la noche con el único sentido de resucitar al otro lado del mundo, cruzar el bosque, los puentes, deshacerse de los miedos y de las trampas y alzarse sobre lo que te ha de valer de aquí en adelante: tu propia identidad.
Casi todo lo que has de traer no tendrá valor en este juego de pérdidas, incluso tus cartas marcadas no sirven mucho en este viejo tapete de tahúres. Siempre pensé que no hay derrotas dulces, pero es hermoso atravesar la noche con el único sentido de resucitar al otro lado del mundo, cruzar el bosque, los puentes, deshacerse de los miedos y de las trampas y alzarse sobre lo que te ha de valer de aquí en adelante: tu propia identidad.
6 comentarios:
... esa carta nunca deberíamos perderla... besos
La propia identidad que nos diferencie y que nos ayude a ser nosotros mismos. Muy bello y profundo. un abrazo
Una identidad q hay q abrazar con fuerza para q no la robe nadie!!
Un beso :)
No perder la propia identida y defenderla con dignidad en el tránsito.
Un beso
Todas las noches nos pueden llevar al otro lado del mundo cuando amanece. Hay identidades muy arraigadas, imposibles de perder.
Besos.
¡Qué bien hilado! Es maravillosa la primera frase. Y más, si cabe, la conclusión. Puede que acabes derrotado, pero será dulce la derrota si te encuentras a ti mismo.
¡Genial!
Laura
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