La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco

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jueves, 14 de abril de 2011

Puse mis manos en sus muslos











Puse mis manos en sus muslos,
debajo de la falda sentí su estremecimiento.
Le dije al oído “¿soy tu placer o soy tu vicio?”
Calló mientras le presionaba con mis dedos
bajando sus medias y tocando la carne desnuda y caliente.
Se oía la lluvia en los cristales
y la voz de Cohen daba cierta gravedad al momento.
Al amanecer se fue,
me dejó sus bragas con una nota escrita con carmín:
Todavía me lo estoy pensando.








De Leonard Cohen I'm Your Man





3 comentarios:

Manuela Fernández Santamaría dijo...

Siempre la duda. El placer, dado y recibido, no desasosiega... pero en tus versos late el desasosiego.

lichazul dijo...

"placer culpable" decimos por este lado del mapa:)

un seductor texto y la música genial

besitos Fer

marea@ dijo...

el placer, el vicio pueden caminar de la mano, lo mejor será ese tacto de esa piel que permanecerá en tus manos hasta el próximo encuentro.... un abrazo.

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