Predecible, su boca dejó escapar,
uno a uno, los gemidos.
Como tantas veces, tuvo,
en esa isla que es su cuerpo,
un nido de pájaros.
uno a uno, los gemidos.
Como tantas veces, tuvo,
en esa isla que es su cuerpo,
un nido de pájaros.
F
La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco
1 comentario:
aleteo,roce imperceptible de los tiempos,estaciones en las que me detengo.
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