Todas las mujeres saben de París
porque sus besos se dejan parte de ellas en el viaje.
Solitarios puentes de miradas antiguas,
días de recorrido lento y huellas profundas,
los silencios hablan de los pasos perdidos
y su voz vuelve a perdurar
como una nueva estatua
mirando desde una atalaya al río.
Todas las mujeres que me han besado en París
tienen todavía su puente,
su estatua, su mirada, su río.
porque sus besos se dejan parte de ellas en el viaje.
Solitarios puentes de miradas antiguas,
días de recorrido lento y huellas profundas,
los silencios hablan de los pasos perdidos
y su voz vuelve a perdurar
como una nueva estatua
mirando desde una atalaya al río.
Todas las mujeres que me han besado en París
tienen todavía su puente,
su estatua, su mirada, su río.
Foto de Rosalía Calvo
5 comentarios:
Una vez más los besos y Paris. Una vez más, maravilloso... por ejemplo, para recopilarlos en un precioso libro.
Hermoso y sugerente poema, Fernando. Y sí, es cierto: "Todas las mujeres saben de París..." Y París nunca se acaba. Un saludo, poeta.
Tú sigue provocando con París...
Cada vez que paso por tu virtual casa me siento idiota por no conocer la ciudad.
Un (b)eso con poco carmín
París puede estar en cualquier lugar que tú eligas y ella...Los besos son los mismos y el paisaje puede inundarte cómo la obra de arte más hermosa...aunque, siempre nos quedará Paris. Bicos desde el norte..
http://xeografiaconesquinas.blogspot.com/
París, París..., en Moscú, me acordé de París, y un poquito es tu culpa, la devoción que tienes a esta ciudad es contagiosa, aparte de su embrujo y su calidez.
Un beso.
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