Algo del otoño se enreda entre los renglones del atardecer.
Un rojo desahucio de debilidades y de fuego
trae el quehacer de las sombras y el silencio.
Arden los compases de este baile antiguo.
De los árboles se desprenden hojas
con el dulce dolor de la nostalgia
y esos copos de flores ya marchitas
que encienden las preguntas.
El cielo recoge los planetas,
simula un incendio de olvidos
y de puentes entre las islas diminutas,
los faros recortan el pulso telúrico del océano
y un reloj de arena respira mojándonos los pies
en mitad de este desierto donde amaneceremos,
sin más calor que el propio,
el intuido, el descrito por tus dedos en mi piel,
por mis labios en la tuya,
un relámpago de adivinanzas
donde todavía seremos
un poco de brasa y un poco de ceniza.
Un rojo desahucio de debilidades y de fuego
trae el quehacer de las sombras y el silencio.
Arden los compases de este baile antiguo.
De los árboles se desprenden hojas
con el dulce dolor de la nostalgia
y esos copos de flores ya marchitas
que encienden las preguntas.
El cielo recoge los planetas,
simula un incendio de olvidos
y de puentes entre las islas diminutas,
los faros recortan el pulso telúrico del océano
y un reloj de arena respira mojándonos los pies
en mitad de este desierto donde amaneceremos,
sin más calor que el propio,
el intuido, el descrito por tus dedos en mi piel,
por mis labios en la tuya,
un relámpago de adivinanzas
donde todavía seremos
un poco de brasa y un poco de ceniza.
6 comentarios:
Hola Fernando, muchísimas gracias por tu bienvenida en mi orilla, es un placen verte de nuevo en ella..
Una primavera que trae recuerdos de un otoño pasado, realmente hermosos tus versos..
Un beso muy dulce amigo
Fernando, que buena literatura la tya, cuanto que aprender, cuanta riqueza de sintesis, me quedo alucinada y perdida en esas maravillosas imagenes.
Besos poeta de raza
Me gustaría sabe por qué podemos sentir el otoño durante todo el año. Precioso poema, gran frase la que es también título. Me ha encantado, como siempre. Por cierto, qué fotografía más increíble.
El otoño se ha tomado vacaciones.
Las adivinanzas y los relámpagos se marcharon a dormir.
Me traicionan los párpados.
No sé París, pero Atenas está preciosa todavía.
Un abrazo
Sabor a nostalgia de todos los crepúsculos.
Como el fin del verano en el otoño.
Como el de la brasa en la ceniza.
Después de todo ese sabor nunca es amargo.
Abrazos.
(Me permití mencionaros a propósito de la feria del libro madrileña)
Precioso poema dedicado al otoño, podría pensarse que te gusta esta estación.
Estoy de acuerdo, el dolor de la nostalgia, a veces, puede ser dulce.
Un beso, Fernando.
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