Si no estuviéramos en ese tren nocturno
que nos incita a recorrernos
como si fuéramos la vieja Europa,
la llanura germano polaca
no estuviera entre tus caderas
y yo no supiera buscar el Rhin
o desembarcar en Viena
oyendo de lejos el Danubio azul.
Si no fueras Venecia o esa estación de invierno
en el que la lluvia se deja arrinconar por la tristeza
y al amarte sin sentido cobrásemos el poder
o el dolor de la fatiga invencible del Coliseo.
Si nada que no estuviera entre el Rodano y París
fuera una centella de calles, de bulevares,
una ciudad de luces y sombras pérdidas en nuestra cama,
de pie junto al Sena o en las orillas del Loira,
o solamente cerrando los ojos
la plaza roja de Moscu
tuviera una bandada de palomas
dispuesta a zurear para nosotros.
Si apenas al tocar tu cuerpo no corrieras en pos de una cometa
y me llevarás tan lejos como la noche puede en las alas de un halcón,
para hacer de Dublín, de Oslo o Copenhague
una nueva estación sin tiempo,
la pequeña luz de la memoria
que todavía se enciende al contacto de tu mano.
¿Si esto no pasará, qué sería de nosotros
y nuestro tren de medianoche?
F
REVISTA TURIA. Núm 152. Pág. 250 y sgtes.
Hace 16 horas
8 comentarios:
Europa es nombre de mujer...recorrer las vías de cada kilométro suyo y en sus andenes, descansar.
saludos
"la pequeña luz de la memoria
que todavía se enciende al contacto de tu mano."... Impresonantes versos. Un beso
Fer, creces día a día...Eres un poeta en estado de gracia. Osito, un abrazo.
Otra vez el tren, esta vez nocturno...
Precioso poema, Fernando. Beso.
¿Osito...?
Me ha gustado mucho el poema, tiene un aire, involuntario, supongo, a las tomas nocturnas que tanto le gustan a Wong Kar Wai, uno de mis cineastas favoritos.
Casi como ver cine.
Abrazos.
Un viaje perfecto, de principio a fin.
Besos os..., perdón, Fernando.
Viajar en tren siempre es placentero.
Un abrazo.
No hay nada mejor que un "tren de medianoche" para hacernos sentir más humanos.
Saludos
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