Las escondí todas en su momento, cada una en su lugar y su tiempo y a veces, pobres, se rebelan; no saben que su destino ya pasó y se quedaron sin finalidad para siempre. Ya no podré pronunciarlas.
Algunos días siento melancolía y quiero recuperarlas en mi memoria, pero ellas se reesconden al oírme llegar y vengan su frustración congelándose allá donde estén. Y yo noto frío. Viene de dentro.
Algunos días siento melancolía y quiero recuperarlas en mi memoria, pero ellas se reesconden al oírme llegar y vengan su frustración congelándose allá donde estén. Y yo noto frío. Viene de dentro.
Lula May
4 comentarios:
Yo tambien escondi algunas palabras hace tiempo, y lo malo es que no he querido encontrarlas de nuevo.
Gracias, Fernando.
(Me temo, anónimo/a, que es una sensación bastante extendida; no está mal siempre y cuando las palabras no se enquisten y acaben doliendo. Un saludo)
Sentido micro relato y muy certero. Me gusta, porque a veces nos cuesta decir lo que pensamos; unas veces por timidez, otras por prudencia, y otras, por sincera cobardía. Y claro, en ocasiones nos arrepentimos de no haber dejado que las palabras siguieran su camino hacia la libertad.Aunque en otras ocasiones nos alegramos de no haberlo hecho. Casi nunca se acierta. A menudo, pienso, que puestos a equivocarnos siempre será mejor que sea por exceso y no por defecto. Me ha encantado Lula May.
Besos
Muchas veces se esconden las palabras, por miedos, por prudencia, y muchas veces también, se arrepiente uno de haberlo hecho, pero ya es tarde.
Me identifico con tu poema, es tan real...
Un beso Lula.
Un abrazo, Fernando.
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