En la noche hay un regalo rebosando tu mano,
un deshecho cristal donde irrumpe la sangre
y se derrama por tu cuerpo
como un río incontenible de luz y de deseo.
Tenerte entre los abanicos de los muslos,
sudando juntos todos los silencios
que el día nos ha reservado
en la esquiva penumbra del dormitorio,
nos hace más justos, más sinceros,
marineros sin rumbo,
con los ojos cerrados
amantes en un barco sin recuerdos.
¿Quién se despierta para respirar de nuevo?
Fotografía de S.Marceau por
i131.photobucket.com/.../sophiem4.jpg
11 comentarios:
Un texto de gran hermosura, Fernando, a albur de la marea...
Saludos.
ahmmmm... ¡pues sí!!
Gracias por la visita a mi blog que me ha permitido venir a leer estos versos tuyos de dormitorio y otras páginas de poemas también de un estilo bastante intimista.
Un saludo Fernando.
Muy bonito poema Fernando, y aunque a mí no van las mujeres, reconozco que tienes buen gusto...para elegir fotografías, je,je,je.Ya eres tú. Besos Fernando.
Regalos de amor que desbordan las manos.
Quizás nos hagan más justos y sinceros.
El día es otra cosa.
Abrazos
Me gustó mucho la poesía, esa paz del dormitorio, esa intimidad, ese alejamiento de todo y ese goce.
Un saludo.
Creo recordar que era así...
Veo que empezamos a abrigar a las modelos...Malo.
Un abrazo.
Sudar juntos los silencios, parlante la piel que roza certera la eternidad.
Mejor no despertar.
Un besazo, Fer
Yo no me despierto. Me quedo ahí. Tú sí que estás lanzado!
Un besazo!
Me parece que ninguno quiere despertar...
NO debieras estar tan seguro...a veces la inseguridad es el sueño.
Quizá la pregunta fuese más acertada, si el poema no fuese sólo la representación carente de realidad.
Tus palabras ahonda tu deseo.
Olimpia.
Publicar un comentario