Varias veces al día uno se muere y se para el corazón.
Varias veces al día y sin respiro morimos y matamos
con la sensación tibia y voraz de no haber roto nunca un plato.
Varias veces al día andamos por nuestra propia selva
o deshacemos las sábanas del sueño:
somos nuestro mejor ejecutor para morirnos.
f.
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