Recoger de tu interior y dejar en el viento las pequeñas semillas.
Un hombre apenas puede escribir de su vida,
dar de sí lo que el tiempo ha ido construyendo en su corazón...
y si tiene valor enseñarlo al mundo,
desnudo, casi anónimo, en el fondo temeroso,
pero con esa labor de tararear una melodía
que no deja nunca de sonar
cuando lo que se da a leer o escuchar tiene alma.
f.
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