Brota de mí,
y humedezco sin querer
un surco con simples verdades.
Días y noches envueltos por la incertidumbre.
Despierto muy lejos.
Siento el frío de lo perpetuo.
Cruzo un páramo, un desierto,
mientras voy perdiendo
con las inciertas rachas del viento,
cierta humedad,
lágrimas o palabras, qué más da.
f.
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