demasiadas palabras
para hablar del silencio.
Por eso la poesía
deja entre los dedos
la humedad intangible,
la luz de una vela,
cierta sabara en los ojos,
la sombra alargada
de una presencia
que nos respira.
f.
La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco
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