La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco

Contribuyentes

domingo, 13 de febrero de 2011

La llama tenía el color anaranjado del esfuerzo











La llama tenía el color anaranjado del esfuerzo.
Una mano se aferraba a un vaso de ginebra,
la otra se cerraba aprisionando unas pequeñas bragas negras,
mientras él, buscaba apresar con su boca
todo el silencio que había entre los dos,
entregado a conciencia con su lengua
a descifrar los posibles jeroglíficos de sus ingles,
cuando sus piernas,
sostenidas por unos zapatos rojos con tacones de aguja,
se abrieron para sus labios como dos columnas jónicas.













F








6 comentarios:

© José A. Socorro-Noray dijo...

Piel, bragas negras, ginebra...

... y unos labios abiertos
como dos columnas jónicas.


¡Qué más se puede pedir!


Es una gozada leerte.


Un abrazo.

ÍndigoHorizonte dijo...

Así de bello puede ser el silencio.

lichazul dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
lichazul dijo...

los labios son la mejor fuente para embriagarse:)

saludos

irene dijo...

¡Hala, hala!, poemas de invierno para entrar un poquito en calor ¿no?
Besicos, precioso.

carlota dijo...

¡Ostras! Este me ha encantao.

Programa Electroletras

Con versos en la noche

Mi lista de blogs

Seguidores

Vídeos de poesía para perdidos

Ahora en youtube

Los poemarios

Los poemarios
© (Copyright) Fernando Sarría de todos los contenidos originales de este blog, excepto cuando se señale otro autor.

Archivo del blog