Abría las manos, escuchaba la radio.
Un tañido lejano
sonaba varias veces demorando la mañana.
¿Tú me llamabas desde tan cerca
o era la ausencia
que venía en la noche
y se deshacía en lágrimas?
Me gustaba tocar entre las sábanas tus muslos,
sedosos y tibios para mi
lograban alargar el instante último del amanecer.
En las secuencias de aquellos días surgía un rastro turbio,
el dolor de las rosas ahogadas en el río,
la penumbra alzada sobre la luna.
Me consumían unos lirios de campo en el jarrón del atardecer,
todavía frescos, todavía lozanos,
resaltando a mis pupilas el azul más puro.
Ronroneabas al cobijarte en mis brazos,
embozada en mi
escuchabas como mi corazón bombeaba silencios,
me dabas tus labios,
frases que derrumbaban las palabras.
Olía en tu pelo el aroma del humo,
sentía vaciarse otro fuego,
el bosque impenetrable traía el otoño,
apagada la llama de una noche más
en que los pájaros durmieron en tus pechos.
F
6 comentarios:
Emocionante poema, sin duda, los recuerdos son imperdurables.
En el fondo somos eso: recuerdo... y olvido.
Besos, Fernando, hoy quiero felicitarte especialmente por todos tus blogs... y tus poemas.
y mientras tú dormías yo velaba tus sueños...
Saludos
Todo hermoso...
Esta frase, en particular, me detuvo, llevandose con ella un respirar profundo: "escuchabas como mi corazón bombeaba silencios,
me dabas tus labios,
frases que derrumbaban las palabras"
Besos,
Todo hermoso...
Esta frase, en particular, me detuvo, llevandose con ella un respirar profundo: "escuchabas como mi corazón bombeaba silencios,
me dabas tus labios,
frases que derrumbaban las palabras"
Besos,
... Al final me resulta triste, porque refleja el dolor de la separación, de una separación inminente.... un abrazo amigo.
Sensual, y delicado como es tu estilo.
Me gustó.
Un beso Fernando
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