NOCHE DE LUZ CON DOS POETAS
Esta noche, para compensar el MADRID- BARÇA, hemos traído a dos “CRAKCS” del verso inteligente que, seguro, nos van a meter algún que otro tanto en la portería de la sensibilidad...
Voy a leeros unas breves líneas sobre este “Tandem” Miñana-Navarro y luego, llegaremos de esquina en esquina lunar y de isla en isla terrena al asombro y al aplauso...
Ah y, además, NADIE toca esta noche,. Así que escuchad bien...
MARTA NAVARRO O LA LUZ DEL ALMA
Cuando me presentaron a Marta Navarro, hace ya unos cuantos años, me impresionó, de entrada, su mirada achinada, suavemente inquisidora y, sobre todo, llena de luz. Esa luz que Marta proyecta en sus versos dándoles la categoría de obra de arte y haciéndolos penetrar hasta herir el alma.
He llegado al embarcadero de la noche
desnuda y con hambre de luz.
Ya nada podrá detenerme.
Y nada detiene ciertamente a esta mujer, a esta persona (y digo persona porque aún hay quienes piensan en hombres o mujeres antes que en personas) que navega en un barco de sueños por muy diversas aguas, bordeando islas de utopías donde se mecen los sueños, los regresos, las ausencias, los escondidos pájaros de hojalata, los músicos mojados de brandy o los viejos caimanes con sus ojos de agua.
Los ojos de Marta ven y leen el mundo que existe y su mente analiza, siente y sublima esas miradas que luego, a veces con dolor, nos traslada en sus versos.
No es Marta Navarro persona que desee salir en los escenarios mundanos, ahí donde todos se pelean por estar en primera fila, porque hablen de ellos, porque los tengan en cuanta... Marta es mucho más inteligente y sabe que, desde el palco, se domina todo la escena y ahí, en la intimidad de la penumbra, tiende un puente al alma de sus lectores inquietando, perturbando, despertando los sentidos y abriendo puertas resistentes y estancias secretas con la mágica llave de la palabra.
La lumbre, la luz, es una constante en su poesía, como lo son el mar, las islas perdidas o los recuerdos azules de tiempos de silencio.
Sabrás de mi
cuando el silencio
de los días azules
caiga sobre la rigurosa sombra
de los ángeles sin oficio,
y el aire envenenado por los celos
deje estrías de amor
sobre las sábanas mudas.
Heridas presentidas, horizontes de alambres y cicatrices, noches en viejas ciudades y regreso, siempre el regreso, porque Marta regresa “con el tiempo y el viento a nuestro favor”, a su favor, y con el equipaje de libertad necesario para repartirlo entre quienes no entienden el amor como una constante que engrandece los actos del ser humano...
Hoy vamos a conocer un poco más a Marta Navarro, su poesía de luz y agua, de dolor y ausencia, de riesgo y compromiso, pero sobre todo de amor, de intenso y sublimado amor...
Esta noche, para compensar el MADRID- BARÇA, hemos traído a dos “CRAKCS” del verso inteligente que, seguro, nos van a meter algún que otro tanto en la portería de la sensibilidad...
Voy a leeros unas breves líneas sobre este “Tandem” Miñana-Navarro y luego, llegaremos de esquina en esquina lunar y de isla en isla terrena al asombro y al aplauso...
Ah y, además, NADIE toca esta noche,. Así que escuchad bien...
MARTA NAVARRO O LA LUZ DEL ALMA
Cuando me presentaron a Marta Navarro, hace ya unos cuantos años, me impresionó, de entrada, su mirada achinada, suavemente inquisidora y, sobre todo, llena de luz. Esa luz que Marta proyecta en sus versos dándoles la categoría de obra de arte y haciéndolos penetrar hasta herir el alma.
He llegado al embarcadero de la noche
desnuda y con hambre de luz.
Ya nada podrá detenerme.
Y nada detiene ciertamente a esta mujer, a esta persona (y digo persona porque aún hay quienes piensan en hombres o mujeres antes que en personas) que navega en un barco de sueños por muy diversas aguas, bordeando islas de utopías donde se mecen los sueños, los regresos, las ausencias, los escondidos pájaros de hojalata, los músicos mojados de brandy o los viejos caimanes con sus ojos de agua.
Los ojos de Marta ven y leen el mundo que existe y su mente analiza, siente y sublima esas miradas que luego, a veces con dolor, nos traslada en sus versos.
No es Marta Navarro persona que desee salir en los escenarios mundanos, ahí donde todos se pelean por estar en primera fila, porque hablen de ellos, porque los tengan en cuanta... Marta es mucho más inteligente y sabe que, desde el palco, se domina todo la escena y ahí, en la intimidad de la penumbra, tiende un puente al alma de sus lectores inquietando, perturbando, despertando los sentidos y abriendo puertas resistentes y estancias secretas con la mágica llave de la palabra.
La lumbre, la luz, es una constante en su poesía, como lo son el mar, las islas perdidas o los recuerdos azules de tiempos de silencio.
Sabrás de mi
cuando el silencio
de los días azules
caiga sobre la rigurosa sombra
de los ángeles sin oficio,
y el aire envenenado por los celos
deje estrías de amor
sobre las sábanas mudas.
Heridas presentidas, horizontes de alambres y cicatrices, noches en viejas ciudades y regreso, siempre el regreso, porque Marta regresa “con el tiempo y el viento a nuestro favor”, a su favor, y con el equipaje de libertad necesario para repartirlo entre quienes no entienden el amor como una constante que engrandece los actos del ser humano...
Hoy vamos a conocer un poco más a Marta Navarro, su poesía de luz y agua, de dolor y ausencia, de riesgo y compromiso, pero sobre todo de amor, de intenso y sublimado amor...
LUISA MIÑANA: UN ACORDE DE LUZ ENTRE DOS VERSOS
Decir Luisa Miñana es, para mí, hablar de amistad, de generosidad, de poesía viva, apasionada e impregnada de amor. Luisa Miñana escribe sobre todo al amor, cita al amor en terrenos donde otros temen exhibirse, ser descubiertos en su desnudez y goza y sufre el amor integral como un generador absoluto de vida.
Porque Luisa , desde las esquinas de su luna particular, observa, reflexiona y nos cuenta a corazón abierto su intimidad protegida de los hirientes rayos de un sol diurno que pudiera distorsionar su visión.
Preferiría no quitarme las gafas de sol.
Me he ido acostumbrando a mirar tras la sombra y estoy bien de esa guisa…
…Recuento con los dedos pues no quiero perderme. Me defino atrapada…
Y desde esas esquinas (cualquiera le vale) cuenta los años por fotografías desordenadas.
Pero otras veces abandona esas esquinas, sale al mundo, baja a la calle, sufre los sonidos de aviones, emisoras de radio y lenguas bífidas de camaleón y recuerda que sí hay un sol, aunque le abrase los labios, que ha sido amada y que es
Una llama de amor
viva, a la que se ha tragado una serpiente.
Tal vez por ello acude al salvoconducto del silencio, a volver a la sombra, e intentar llamar con urgencia un taxi salvador – o no- para llegar al medio de la noche donde no queda nadie.
Y Luisa sigue su observación en cada esquina de esa luna viva que obliga a ver todo el mundo de golpe, incluso la cara oculta, y en un deseo anfibio nada bajo unos párpados como en un mar oscuro, haciendo pie en la arena del fondo de su boca para pedir la guarda, como sea, en esa mirada.
Ese es el potente lenguaje de Luisa Miñana, amor, pasión, eclipse, deseo, ausencia…
Y hasta en la cotidianidad del supermercado nos dice:
De pasillo en pasillo disimulo mi angustia
Eligiendo más cosas de las que necesito, por si viniera alguien.
Alguien
Que no querré que venga si no eres tú quien viene.
Yo no elegí morirme si no estás.
Poesía de versos como agujas candentes que Luisa clava en el corazón de todos nosotros para que nos unamos a su grito. Y nos clama:
Lo que duele más es la casa vacía
como a tantos de nosotros, porque cada uno tenemos alguna casa vacía, algunas habitaciones secretas selladas con puertas de recuerdo, nostalgia u olvido…Pero al fin nos expone, una hermosa esperanza tal vez dolorosa pero llena de serenidad:
Me tengo que mudar.
Esta es la casa nueva. Es pequeña y está vacía.
Duele ese gran espacio en tan poco lugar.
Pero ya llega mayo y habrá flores y pondré una mesa
y un sofá y otro ordenador.
De este modo, podemos concluir con la poeta que, en la batalla que todos libramos, nadie es perdedor si ama.
Esta noche la presencia de Luisa Miñana, su mirada transparente y su voz cálida van a derramar los versos imaginados o vividos desde los rincones más profundos del alma, llenando, también, las esquinas de esta sala. Nadie se pierda cada sílaba y tened todos cuidado porque hay luces que deslumbran definitivamente…
Miguel Ángel Yusta.
6 comentarios:
Fue un lujo impagable tener semejante presentador. Las palabras de Miguel Angel son un regalazo, que agradezco mucho, aunque exagere... je, je.
Gracias por traer un trocito de la noche y poder disfrutarlo.
Hubiese querido ver y escuchar de nuevo a Luisa y conocer a Marta, aunque con esta descripción de Miguel Ángel ya la conozco un poco, y me gusta, "he llegado al embarcadero de la noche desnuda y con hambre de luz..."
Estoy absolutamente segura de que se compensó con creces el MADRID BARÇA, ¡no hay color!
Me gustan estas cuatro "personas", Marta, Luisa, Miguel Ángel y Fernando.
Besos para todos y para NADIE.
Bueno. Tras esta presentación casi como si hubiera estado allí (quien no se consuela...).
Con los dos libros firmados, puedo afirmar que Miguel Ángel es certero en sus exquisitas palabras.
A ver si vemos pronto el vídeo.
Abrazos a los dos y a las dos.
Agradezco la transcripción que haces de las palabras preliminares de la noche. Como casi siempre, prefiero llegar a los sitios cuando todo el mundo ha ocupado su asiento y nadie se percata de los rezagados. Por ese motivo, escuché sólo la última parte de la presentación.
He de decir que disfruté un montón de la lectura de los versos. Los de Luisa los conocía y disfruté doblemente. Los de Marta fueron un descubrimiento.
Pues yo después de escuchar las palabras de Yusta no quería salir, creo que fue la serena elegancia de Luisa la que me empujo a salir al escenario.
Gracias, Fernando,
Gracias a tod@s. Lamia, me hubiera gustado saludarte, mucho.
Un beso,
Marta
Me explico: no quería salir para no defraudar, ya que las cálidas y generosas palabras de Miguel me habían dejado flotando y se estaba tan bien así...
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