La noche tuvo labios en el agua,
una simiente de holgura,
el rincón dulce donde dormir el fuego.
La lluvia trae siempre la belleza dormida.
El silencio se deshace en el azúcar de los besos, entre tú y yo y la nostalgia formada por el tiempo. Escucho respirar tu cuerpo, siento como un largo ir y venir de esa marea que tiene agosto en el Mediterráneo cuando me acuesto a tu lado.
Cada gota de sudor se desliza tranquila entre los dos, sopesa si ha nacido para dirimir una distancia o para alcanzar la simbiosis de dos cuerpos, una piel humedecida sin retorno…cuando viajamos así la tarde nos espera y crece enrojecida en los desvaríos que tiene todo crepúsculo de julio.
una simiente de holgura,
el rincón dulce donde dormir el fuego.
La lluvia trae siempre la belleza dormida.
El silencio se deshace en el azúcar de los besos, entre tú y yo y la nostalgia formada por el tiempo. Escucho respirar tu cuerpo, siento como un largo ir y venir de esa marea que tiene agosto en el Mediterráneo cuando me acuesto a tu lado.
Cada gota de sudor se desliza tranquila entre los dos, sopesa si ha nacido para dirimir una distancia o para alcanzar la simbiosis de dos cuerpos, una piel humedecida sin retorno…cuando viajamos así la tarde nos espera y crece enrojecida en los desvaríos que tiene todo crepúsculo de julio.
F
2 comentarios:
La foto habla bien de labios nocturnos en el agua.
Me imaginaré el calor veraniego en buena compañía y en silencio.
Un abrazo.
¡Qué ternura!, ¡cuántos prejuicios se me vienen abajo!
Besos.
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