Aunque a menudo cierre el puño,
me delatan los surcos de las palmas de mi mano,
son cinco heridas expuestas a la soledad.
me delatan los surcos de las palmas de mi mano,
son cinco heridas expuestas a la soledad.
F
La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco
7 comentarios:
Hya dolores que no admiten escondites ni maquillajes.
Un abrazo!
La soledad es una herida
difícil de cicatrizar.
Un abrazo
Soledad, qué terrible dolencia. Más cuando se siente aunque estés acompañado.
Un abrazo, Fernando.
Me encanta este poema. Una maravilla. Un abrazo.
Perfecto... Mucho más... pero no encontraría la palabra ni en mil años.
Besos.
Laura
Los caminos de la vida. Abrazos.
Hasta las manos nos traen heridas.
Quizás también ofrendas.
Abrazos.
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