Revierto el orden:
La luz es una fragata
que tiembla entre tus muslos.
No es el hacerme tuyo
el final de una demolición.
Débil como la palabra
soy perenne,
porque no existo en la ceniza de tu memoria
y sí en el acaso de tu piel y tu deseo.
Puedo ser el viento,
el vaho caliente
que hace gotas de ámbar
alrededor de tus gemidos,
o sólo ese desdén
que a veces prende en tu risa,
aunque yo sé ver
como una llamada precisa,
el dolor de una lágrima tuya
o ese silencio marino
con el que me desnudas.
LA LEÑA DEL HOGAR...
Hace 20 horas
6 comentarios:
¡qué bonita!
Con esa foto, no me extraña que estés tan inspirado, sí, ya imagino, no es la foto.
No sigo, porque me pierdo.
Besos, Fernando, y buenas noches.
Cómo me han gustado los dos últimos versos. Un silencio marino...
Besos, muchos
Una estricta definiciòn de la entrega total. Admirable. Abrazos.
Es muy bonito y la foto es preciosa.
la foto increíble y el poema profundo,
saludos
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