Todavía el otoño sangra su pureza,
en sus mimbres rojos
mi cuerpo se deshace
y quedo para ser arena
entre tus manos,
caliente y húmeda,
con el fuego del último verano.
Vendrá noviembre
y el sabor de las uvas
perdurará en los deseos de la boca.
Como si jamás nos hubiéramos dejado
tendrás en el rigor de las noches
mi piel junto a la tuya,
la miel de los regazos,
el dolor de cada yema,
hiriéndonos
entre las sábanas
con el placer
de lo que nunca serán las despedidas.
F
8 comentarios:
very cool.
Me ha encantado. Ojalá nunca tuviéramos que decir "adiós".
Eres arena, fuego, agua... porque todavía en el otoño se pueden ser tantas cosas...
S. Manrique
Besitos.
Un otoño cargado de amor. Abrazos.
Vaya!!! veo que empiezas a ver el otoño con una silueta diferente, Fernando...aunque esa aleta de tiburón...la verdad...es, como poco, preocupante, je,je.
El poema es fantástico, aunque...eso ya lo sabes.
Besos
Y es que el otoño acaba de comenzar porque el verano se fue, vendrá el invierno y el cuerpo se seguirá deshaciendo mientras existan estas manos para quedarse.
Y pasará el sabor de las uvas y volverán el de las cerezas mientras perduren los deseos de la boca.
Y no habrá jamás, si no nos separamos.
Y las noches seguirán hiriendo entre sábanas mientras no existan las despedidas.
Todo permanece sin tener en cuenta las estaciones cuando nos quedamos.
Besos amigo.
Ojala yo nunca tener que escuchar de tus labios un tan triste adios...
Un beso Fer....
Otoño...caminos de hojas secas,tiempo de pensar y de serenidad..
Silencio mudo el del adiòs.
Te dejo algunos besos..
Embrujada
Publicar un comentario