El Príncipe Azul la besó y la niña olvidó la goma de saltar entre dos sillas de anea por un si quiero su amor, sus alegrías, sus penas, su salud y su enfermedad todos los días de mi vida. Sus gritos y sus golpes nunca los podrá olvidar.
Javier Lopez Clemente
8 comentarios:
Fernando..los principes no existen..aunque sigamos pensando dentro de nosotras que si..
Muy buena la foto
Besos
Excelente.
Un beso,
M
Todo un minirrelato en cuatro líneas. Estupendo y sensible al dolor, Javier. Y bueno, espero que no todas las historias de amor sean así, pero desgraciadamente es verdad ni las princesas existen ni los principes tampoco. Hasta lo que llamamos amor dudo que exista. Qué pena verdad?
Besos.
¡que pena esos principes azules!, ¡que rompen los sueños de las princesas!.
Muy bueno y decidor minirelato, Mi saludo y felicitaciones Javier.
Saludos
Eso es capacidad de hacer un auntentico pequeño relato con gran contenido. Magnífico.
Estupendo relato. Una vida resumida en cuatro líneas. Qué tristeza mas qué cierto.
Besos
Alba
Tu blog es una prueba más de que en Internet hay cosas buenas, sigue adelante. Hasta luego.
los principes si existen pero habemos pocas princesas capaces de verlos y saber esperarlos...
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