Juan Ramírez se está muriendo. Tiene mala cara, explican los vecinos. Parece muy grave, comentan por la calle. Está muy malito, lloran sus padres. Está en las últimas, se escucha en la radio. Deberían ingresarlo urgentemente, opinan en la televisión. Desde luego es gravísimo, considera el médico de guardia. Ya no tiene remedio, diagnostica el médico de planta. No hagas caso y vive, dispone una voz cavernosa y profunda.
Juan Ramírez se recupera. Es increíble, exponen sorprendidos los enfermos de la habitación. Es un milagro, sollozan los familiares besando estampas de santos. El tratamiento ha sido efectivo, se felicitan mutuamente los médicos. Otro logro social, informan los medios de comunicación pública. Somos una raza especial, exteriorizan los ciudadanos caminando juntos por la calle. Siempre me ha gustado llevar la contraria, manifiestamente satisfecha retumba la voz interior.
Fragmento de “El laberinto de Noé”
© Esteban Gutiérrez Gómez, 2007
© Editorial La Tierra Hoy, S.L., 2007
7 comentarios:
Me alegra el hecho de ser la primera en llegar.
Me gustaría conseguir el libro, por la muestra se anticipa una lectura placentera.
Muy bueno, jaaa. Menos mal que hizo caso a la voz antes de que lo metieran en la caja. Tremendo susto el que les ha evitado. Me ha gustado mucho.
Muchos besos, Fernando.
Fijate y eso que estaba tan malito..
Cambiaste la música.. me gusta
Besitos
La gente siempre opina de lo que no sabe.
Un gustazo escuchar a Satie mientras leo.
Otro placer el de llevar la contraria a la muerte.
No extraña la satisfacción de la voz interior.
Abrazos.
Las voces interiores es que son muy suyas.
Buen relato este de Estebán Gutiérrez, que mantiene un blog muy guapo.
Nunca rendirse es lo mejor, nunca se sabe.
Un abrazo
Alba
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