Me miraste como si no me conocieras
y me hablaste con tu lengua sucia,
sucia boca de postre edulcorado
sucio tú
tocando mi espalda dolorida
de soportar tu sucio peso.
Con una palmadita de macho
como las de otros hombres que había visto antes,
le diste un giro a mi vida insípida:
Tu lavavajillas no sirve para nada.
Puede que tuvieras razón
pero no habrá otra ocasión para decirlo.
Poema de Almudena Vidorreta
Fotografía aquí
6 comentarios:
ciao
Fernando estás lleno de amigos, gracias por darnoslos a conocer.
besos
Bello poema.
Un lavavajillas inservible, una posible razón...
Y sólo una ocasión para decirlo.
Un abrazo
Directo al estómago. No hace falta más. Bien.
Buen poema,Almudena, y sin duda desconcertante.
Besos, Fernando.
Un poema duro, que parece nacer desde la rabia o el resentimiento. Colofón que no admite más contestaciones. Me ha encantado leerte. Un saludico para ambos!
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