La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco

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viernes, 4 de enero de 2008

El espejo del taxi




La noche esta arbolada de estrellas,
la niebla se extingue derramada en el suelo.
Hace frío, el invierno no perdona su renacer
y saca su escoplo, se sacia en mí piel
besándome con el escalofrío de una amante mundana.
Solitario y abandonado entre las luces de las calles,
casi ebrio, prosigo con una rémora de sueños rotos.
Todavía suena la música en mi cabeza,
el sabor y el vaivén de sus caderas y su fragancia
me dejan una pequeña mueca en la boca,
unas gotas de desolación al no poder recordar su nombre,
aunque siga viendo sus ojos y su sonrisa
en el espejo del taxi que me lleva a casa.



Fotografía aquí

9 comentarios:

Luzamarga dijo...

No me importaría que alguien olvidara mi nombre, si después me perpetuara en un poema como éste.

Besos y gracias siempre por tu palabra.

Camino del sur Pilar Obreque B dijo...

Que acertado el comentario anterior, inspirar versos tan lindos es todo un orgullo

Abrazos

M. Pilar O.

albalpha dijo...

La mirada, la sonrisa...es lo que recordamos. Abrazos
Alba

ybris dijo...

A pesar de la noche, la niebla, el frío y la cuasiebriaguez se te ve lúcido:
música, baile, aromas, ojos y sonrisas.
No nos falten nunca espejos que nos devuelvan esas imágenes.

Abrazos

Madame X dijo...

A veces, un nombre es lo que menos importa...

X

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Inmerso en un amorpasión incandescente, que aguanta el invierno y la noche, tu escritura fulge y resiste, rescoldo del corazón, el paso del aire frío, del tiempo contumaz, del olvido.

Muy buenos estos poemas del 2008, compa. Y este del taxi, mesurado y concentrado decir, muy equilibrado, bello.

Amar sin nombres,
Todoamar.

Un abrazote,

Tu Viktor

Xiketä dijo...

Qué grande es el amor, que no necesita más que de unos pocos instantes para dejar huella. Aunque ese amor no sea para siempre, aunque sea pasajero y momentáneo...la fuerza de los sentimientos...es un regalo de la vida...
Besos

Simplemente Olimpia. dijo...

Dichosos los ojos que saben retener su mirada y su sonrisa, auqnue la mueca de los labios delate el amargor de su boca.

Será que es imprescindible la "casi embriaguez" para ver los sueños rotos?

Olimpia.

Fernando dijo...

ja,ja,ja...

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