Hay pasos que encienden el amanecer
y en la escarcha el suave deletreo de tu nombre
trae hasta mis ojos un volar de palomas.
Presiento en la sombra el fluir del agua,
otra sombra que habita en los coches
cuando ando despacio y solitario por las calles
y monótona y paciente cae la lluvia mojando mi rostro.
Fumo en el portal y leo tu nombre en el buzón,
mis dedos rozan cada letra reconociéndote
como si viviera en un mundo de pasiones ciegas.
Ya ebrio cierro los ojos,
después de una noche eterna
en la que el invierno
ha asaltado con dureza mi corazón.
f.
https://youtu.be/hEl-HznEemI
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