Cuando se abrasa la piel
y se enciende la noche
con los labios húmedos del deseo,
queda siempre una herida tendida
a la solemnidad del otro cuerpo
y de otro instante...
que nunca jamás será
pasto del olvido
f.
La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco
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