Poema XXI
Rememoraba,
quizás en su cabeza tenía una estancia llena de objetos baldíos,
quizás se habitaba casi siempre de silencios
y sus pasos solo eran huecos en el polvo de los recuerdos,
pero a veces traía la brisa el olor del humo,
el sabor del alcohol,
y sus dedos temblaban,
tamborileaban una antigua melodía que nacía del asombro,
empezaba dando unos ladrillazos sobre el piano
que se hacían de repente enhebradas y sutiles frases,
breves, suavísimas,
hasta que de nuevo las teclas blancas eran atacadas por la tormenta.
Rememoraba solo y echado sobre una cama
en una habitación con vistas al río Hudson.
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