Tengo la extraña sensación de vivir a veces la vida de un personaje de un cuadro de Hopper o de aquellos ensimismados y ebrios personajes que pintaba tan magistralmente Cézanne que mirando su vaso vacío filosofaban sobre lo intangible.
Viajo en el tiempo y lentamente me veo envuelto en una película francesa de finales de los cincuenta, sus silencios me amansan y me hacen ver mujeres de pelo lacio y jersey oscuro de cuello vuelto con pantalones de pitillo, lo grácil de sus andares en mitad de un bosque o en un café me desnuda como si me hubiera dado un beso Catherine Deneuve o Audrey Hepburn...vivo entonces lejos, habitado por cuadros y películas antiguas como si el mundo fuera un lugar ajeno a mi y todavía pudiera escuchar a John Lennon cantando Imagine, y esto tuviera el valor de algo más que un simple recuerdo de imposibles.
Viajo en el tiempo y lentamente me veo envuelto en una película francesa de finales de los cincuenta, sus silencios me amansan y me hacen ver mujeres de pelo lacio y jersey oscuro de cuello vuelto con pantalones de pitillo, lo grácil de sus andares en mitad de un bosque o en un café me desnuda como si me hubiera dado un beso Catherine Deneuve o Audrey Hepburn...vivo entonces lejos, habitado por cuadros y películas antiguas como si el mundo fuera un lugar ajeno a mi y todavía pudiera escuchar a John Lennon cantando Imagine, y esto tuviera el valor de algo más que un simple recuerdo de imposibles.
J.Lennon Imagine
1 comentario:
Que imágenes tan contundentes desprende tu texto.
Genial.
Un saludo.
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