Miro en las palmas de mis manos
las líneas que dibujan una enorme M.
No sé sostener un discurso
que me otorgue una idea certera sobre su lectura.
Hay demasiados surcos que las forman,
las cruzan o las hacen más nítidas o confusas
y debe ser verdad, que sin yo saberlo, tienen escrito mi destino.
Es más sencillo mirar como crecen las uñas,
en realidad no guardan ningún significado,
pero durante un tiempo tienen predestinado sobrevivirnos.
2 comentarios:
Yo también tengo una M claramente marcada. Como el destino de cada uno. Así lo creo.
Me ha gustado este poema.
Mi M no está marcada y, a veces pienso si no tendré... Sonrío...
Un abrazo Fernando
Publicar un comentario