La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco

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domingo, 17 de abril de 2011

Su boca








Su boca sin carmín tenía el tono rosa gélido del amanecer.
Ninguna pregunta:
La sutil dureza de su mirada
sabía preguntar sin decir nada,
por eso cuando sus labios me besaron
dieron a esa hora la punzada exacta de la deserción.





F


2 comentarios:

Manuela Fernández Santamaría dijo...

Punzante como un desasosiego repentino.

fgiucich dijo...

El beso de adios siempre duele. Abrazos.

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