Nadie diría que nos conocemos
según me miras con esa cara de frialdad bien estudiada.
No te preocupes, cuando nos presenten,
te saludaré como si fuera la primera vez que nos vemos.
Te besaré las mejillas sin tocarlas,
cogeré tu mano apretándola suavemente,
y te diré sin temblarme la voz Encantado de conocerte María.
Aquellas noches de verano de hace ya unos años
quedará solo entre nosotros,
siempre he sabido comportarme ante estas cosas.
Quique Gónzalez : Riesgo y altura
F
3 comentarios:
Muy bien, ya no quedan caballeros como vos;-)
Olga Bernard lo dijo todo. Abrazos.
Eres mi agente secreto preferido.
Pero,los gestos también traicionan.
Besos
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