Sin parar, en la mañana,
esta afrenta de luz o de calvario
donde el aire ramonea sílabas,
escancia las perlas de la noche,
teje con hilos de araña
el Carpe Diem del mediodía
y expande el aroma a landa
y el dulce despertar en la boca
de una copa de oscuro oporto.
Así, irreversible, detrás de la lluvia,
después de tus labios, de tu ansia,
deshecha la crucifixión de la penumbra,
ni el mar en su ardentía de invierno
guareció los albores frescos,
el deshacer de la nieve
entre las flores de los almendros
y el eco del tambor en los lejanos montes.
esta afrenta de luz o de calvario
donde el aire ramonea sílabas,
escancia las perlas de la noche,
teje con hilos de araña
el Carpe Diem del mediodía
y expande el aroma a landa
y el dulce despertar en la boca
de una copa de oscuro oporto.
Así, irreversible, detrás de la lluvia,
después de tus labios, de tu ansia,
deshecha la crucifixión de la penumbra,
ni el mar en su ardentía de invierno
guareció los albores frescos,
el deshacer de la nieve
entre las flores de los almendros
y el eco del tambor en los lejanos montes.
5 comentarios:
El corazón y la naturaleza siempre se han llevado bien. Seguramente en el Parnaso lo entenderían mejor. Y te sonreirían.
Abrazo.
...y el eco en el alma de una procesión de luciernagas
que exorcizan un lamento...
Beso
Te comparti en mi facebook
besos
Enorme privilegio recorrer este rincon de nuevo.... sin duda las personas por algo nacen poetas... saludos en esta distancia...
Ledeska
Siempre me emocionan tus palabras pero he de confesar que, en ocasiones, vengo a verte sólo por el placer de escuchar la música que acompaña tu blog.
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