OH Chile, largo pétalo de mar y vino y nieve, ay cuándo ay cuándo y cuándo ay cuándo me encontraré contigo, enrollarás tu cinta de espuma blanca y negra en mi cintura, desencadenaré mi poesía sobre tu territorio.
Hay hombres mitad pez, mitad viento, hay otros hombres hechos de agua. Yo estoy hecho de tierra. Voy por el mundo cada vez más alegre: cada ciudad me da una nueva vida. El mundo está naciendo. Pero si llueve en Lota sobre mí cae la lluvia, si en Lonquimay la nieve resbala de las hojas llega la nieve donde estoy. Crece en mí el trigo oscuro de Cautín. Yo tengo una araucaria en Villarrica, tengo arena en el Norte Grande, tengo una rosa rubia en la provincia, y el viento que derriba la última ola de Valparaiso me golpea en el pecho con un ruido quebrado como si allí tuviera mi corazón una ventana rota.
El mes de octubre ha llegado hace tan poco tiempo del pasado octubre que cuando éste llegó fue como si me estuviera mirando el tiempo inmóvil. Aquí es otoño. Cruzo la estepa siberiana. Día tras día todo es amarillo, el árbol y la usina, la tierra y lo que en ella el hombre nuevo crea: hay oro y llama roja, mañana inmensidad, nieve, pureza.
En mi país la primavera viene de norte a sur con su fragancia. Es como una muchacha que por las piedras negras de Coquimbo, por la orilla solemne de la espuma vuela con pies desnudos hasta los archipiélagos heridos. No sólo territorio, primavera, llenándome, me ofreces. No soy un hombre solo. Nací en el sur. De la frontera traje las soledades y el galope del último caudillo. Pero el Partido me bajó del caballo y me hice hombre, y anduve los arenales y las cordilleras amando y descubriendo.
Pueblo mío, verdad que en primavera suena mi nombre en tus oídos y tú me reconoces como si fuera un río que pasa por tu puerta?
Soy un río. Si escuchas pausadamente bajo los salares de Antofagasta, o bien al sur, de Osorno o hacia la cordillera, en Melipilla, o en Temuco, en la noche de astros mojados y laurel sonoro, pones sobre la tierra tus oídos, escucharás que corro sumergido, cantando.
Octubre, oh primavera, devuélveme a mi pueblo. Qué haré sin ver mil hombres, mil muchachas, qué haré sin conducir sobre mis hombros una parte de la esperanza? Qué haré sin caminar con la bandera que de mano en mano en la fila de nuestra larga lucha llegó a las manos mías? Ay Patria, Patria, ay Patria, cuándo ay cuándo y cuándo cuándo me encontraré contigo?
Lejos de ti mitad de tierra tuya y hombre tuyo he continuado siendo, y otra vez hoy la primavera pasa. Pero yo con tus flores me he llenado, con tu victoria voy sobre la frente y en ti siguen viviendo mis raíces.
Ay cuándo encontraré tu primavera dura, y entre todos tus hijos andaré por tus campos y tus calles con mis zapatos viejos. Ay cuándo iré con Elías Lafferte por toda la pampa dorada. Ay cuándo a ti te apretaré la boca, chilena que me esperas, con mis labios errantes? Ay cuándo podré entrar en la sala del Partido a sentarme con Pedro Fogonero, con el que no conozco y sin embargo es más hermano mío que mi hermano. Ay cuándo me sacará del sueño un trueno verde de tu manto marino. Ay cuándo, Patria, en las elecciones iré de casa en casa recogiendo la libertad temerosa para que grite en medio de la calle. Ay cuándo, Patria, te casarás conmigo con ojos verdemar y vestido de nieve y tendremos millones de hijos nuevos que entregarán la tierra a los hambrientos.
Ay Patria, sin harapos, ay primavera mía, ay cuándo ay cuándo y cuándo despertaré en tus brazos empapado de mar y de rocío. Ay cuando yo esté cerca de ti, te tomaré de la cintura, nadie podrá tocarte, yo podré defenderte cantando, cuando vaya contigo, cuando vayas conmigo, cuándo ay cuándo.
Por Chile, pueblo de luz y de sombra.Yo , como maya, también abrazo a los hermanos chilenos a través de los versos de su poeta, que ahora ya es de todos.
7 comentarios:
Un homenaje que hoy más que nunca se hace necesario y que mejor que en las palabra de Neruda.
Un fuerte abrazo para los hermanos chilenos.
Maya
Por Chile, pueblo de luz y de sombra.Yo , como maya, también abrazo a los hermanos chilenos a través de los versos de su poeta, que ahora ya es de todos.
Un fuerte abrazo para todo el pueblo de Chile con la extraordinaria palabra de su Poeta más excelso.
Un abrazo
Un precioso homenaje, Fernando. Me encanta Pablo Neruda.
Nadie como Neruda sabe a Chile y a su gente.
El alma junto a nuestros chilenos, un pueblo que sabe de lágrimas y sol.
Te abrazo Fernando.
M.
Yo conmovida por lo que ha pasado en la querida Chile, me hago eco de las palabras de Neruda para esa tierra entrañable
Un abrazo apretado
Me uno al homenaje con las palabras de Neruda.
Abrazos.
Publicar un comentario