Me he despertado todavía de noche. Llovía intensamente y en la claraboya del baño se oía perfectamente golpear cada gota que caía. Estaba encima de la cama y sentía frío, aunque sin embargo no me molestaba especialmente, incluso agradecía esa pequeña sensación que desde los pies subía por mi cuerpo como trayéndome de lejos algún mensaje extraño y misterioso. Me he asomado a la terraza y he mirado como se reflejaba la lluvia en la luz de las farolas amarillas y en el asfalto. No pasaba todavía nadie y de nuevo la sensación del frío interior me volvía a demandar atender a sus susurros...el silencio de la lluvia me fascina y aunque es verdad que prefiero las tormentas tampoco la soledad del caminante, el que anda con su paraguas por la avenida, me deja indiferente. He encendido la pantalla del ordenador y esa luz de fluorescente ha iluminado la librería y me ha dejado en un primer momento casi ciego, sin embargo me he vuelto a encontrar con algo que aún siendo un ordenador estaba dispuesto a acompañarme y a darme, débil, un poco de la luz que el día todavía me negaba.
F
9 comentarios:
También a mí me gusta la lluvia cuando cae suave y muda. Mientras la miro, ese frío que dices me reclama para envolverme en una manta y disfrutar del calor del silencio.
¿Ves como el otoño también es bello?
Besos C.
Me gusta el reflejo de la luz en los guijarros mojados, me gusta la fiereza de las tormentas, y de vez en cuando, quizá demasiado a menudo, disfruto de la soledad absoluta, sin que ni siquiera la perturbe la luz de un ordenador. Me gustan tus palabras.
Ya acabó noviembre, si me descuido casi diciembre también, antes de que nos demos cuenta está de nuevo aquí la primavera, bueno, más o menos, creo que por estas tierras jerezanas se me ha contagiado de los andaluces su forma exagerada de ver las cosas.
Besos y abrazos.
Una bella fotografía para una bella declaración de soledad y compañía. Nunca se sabe de dónde puede venir la luz.
Un beso grande como eres tú.
… y es que la luz tiene mil formas distintas, la brevedad de sus matices e incluso su escasez es capaz de hacernos sentir o entrever lo insignificante e incluso lo pueril… el silencio, la noche, la oscuridad, la quietud realza su presencia ante nuestra mirada…
besos
El lobo sintió esos mismos dedos musicales en la claraboya, aunque lejos de levantarse, fue seducido por la cadencia de la música. Celebro que ls musas nos regalen a ambos su magia.
Aullidos complices.
El lobo sintió esos mismos dedos musicales en la claraboya, aunque lejos de levantarse, fue seducido por la cadencia de la música. Celebro que ls musas nos regalen a ambos su magia.
Aullidos complices.
Curioso el golpeteo de la lluvia en los cristales. Ayuda a concentrarse y no distrae.
Es forma de luz que acompaña. Lo mismo que la de la pantalla del ordenador que nos abre de golpe las puertas del mundo.
Abrazos.
Qué razón tenés en este texto, cuántas veces el ordenador nos ilumina antes que el día.
Besos.
Yo soy bastante partidaria de las tormentas y del ordenador. Una luz es una luz, cualquier cosa suena a faro si no paras de buscar.
Un beso.
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