Reuniste los restos de la lluvia,
esas gotas que todavía humedecían tus manos.
Afuera siguió la tormenta
y los pinos dejaban el aroma desnudo del bosque
en la noche de verano.
Me veías reflejado entre las sombras
y buscabas con tu boca en mis labios más respuestas,
cincelando con tus dedos
un viaje en mi pecho,
un descanso febril de los sentidos.
Nadie sabrá nunca que cerca sentí
eso que llaman a veces felicidad.
esas gotas que todavía humedecían tus manos.
Afuera siguió la tormenta
y los pinos dejaban el aroma desnudo del bosque
en la noche de verano.
Me veías reflejado entre las sombras
y buscabas con tu boca en mis labios más respuestas,
cincelando con tus dedos
un viaje en mi pecho,
un descanso febril de los sentidos.
Nadie sabrá nunca que cerca sentí
eso que llaman a veces felicidad.
F
6 comentarios:
Eso no se sabe... sólo se siente.
Besos.
Qué bueno es dejar afuera la tormenta.
Un beso.
Cercana pero inalcanzable...muy a menudo. Añoranza se respira por los cuatro costados del poema.
¿Me lo prestas, por fa?
claro....
Me sigues amando con las letras que como caricias y suave brisa llenan mis ojos...bello como siempre.
"Mujer rebelde".
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