Bajo las tejas, la oscuridad que inunda el alma
esconde jirones ajados,
retazos de vidas antiguas superpuestas,
enlazadas, muertas.
Entre las tejas, surcos profundos preñados de ausencias,
se oculta la escarcha.
Y en ellos, las hojas, niñas mimadas del cierzo,
empapan el dolor de la espera.
Sobre las tejas, donde nunca miras,
creció un tapiz de ternura
en el que las risas, huérfanas eternas,
han calentado su urdimbre
dibujando el sol y la niebla.
Lamia (ISABEL)
Foto de Malatorre
2 comentarios:
Tejas como piel. Piel como tejados.
Bajo, entre y sobre tal cubierta inerte hay recuerdos ajados y ausencias.
También allí la ternura.
Hay que saber percibirlo como lo hacen los versos de este poema.
Gracias.
Muy bonito. Melancólico y con esa magia del amor perdido o no comprendido que siempre nos atrae.
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