Mirándome desde su postura elevada mientras yo permanecía de rodillas, lo veía vestido muy elegante con su traje negro y con su voz grave me decía:
Amigo, la diferencia entre un asesino miserable y un ejecutor es que el primero le dispara mortalmente a su victima guardando la distancia, por la espalda y de una manera anónima, sin embargo el ejecutor la secuestra, la trae a un sitio solitario cerca de un río o un descampado y mirándole a los ojos como yo le miro a Vd. le cuenta porque se le acabó la vida.
Amigo, la diferencia entre un asesino miserable y un ejecutor es que el primero le dispara mortalmente a su victima guardando la distancia, por la espalda y de una manera anónima, sin embargo el ejecutor la secuestra, la trae a un sitio solitario cerca de un río o un descampado y mirándole a los ojos como yo le miro a Vd. le cuenta porque se le acabó la vida.
3 comentarios:
Suena bien. A película americana.
Pero ¿qué más da saber el motivo por el que alguien, otorgándose poderes de Dios, te mata?
Me encanta el ambiente que has creado en los versos de arriba con esta música sonando de fondo.
Un saludo.
Jolín, que escalofrío.
Besos.
Yo diría más bien que es cosa de Alain Delon en "El silencio de un hombre"; matón sí, pero con estilo.
Abrazos.
Publicar un comentario