Un día de éstos me salgo al camino,
me calzo las botas,
me hago peregrino de surcos y estrellas,
de pan y de vino.
Un día de éstos cojo la guitarra
y me echo al monte,
como las cigarras,
a rondar las noches y las alboradas.
Un día de éstos saldré a pregonar
caricias de azúcar,
sueños de cristal,
promesas de amores
y anhelos de paz.
Un día de éstos, cuando tenga ganas,
romperé mis lutos,
teñiré mis canas,
le aullaré a la luna
bailaré la danza del viento y la tierra,
del fuego y del agua.
y por las arenas bañadas de plata
junto al mar sombrío correré descalza.
Y haré una fogata con las hierbas malas
de prisas, agobios,
críticas, envidias,
resquemores, odios,
violencias, mentiras,
soberbias, abusos,
y ansias de poder.
En la madrugada, cuando me despierto,
y el sueño me deja,
pero no el silencio,
a mi espejo mágico le digo en secreto:
todo lo he de hacer un día de éstos.
Mª Dolores Tolosa
8 comentarios:
Me ha gustado mucho el ambiente. Me calzaré las botas, cogeré mi guitarra. Es una buena invitación al retiro. Muy bonito.
¡Que más sentido puede tener la vida! que ser peregrino de las estrellas...
Espero que ese "un día de estos", haya llegado.
Gracias por compartir tan vital poema.
Yo le digo lo mismo al espejo, me encontré en este poema.
Besos.
Buena fogata para ese silencio que no abandona sus quehaceres, MªDolores.
Besos
Precioso Maria Dolores . Un día de estos quizá yo haga lo mismo. Un beso
Un día de estos...
Mientras tengamos algo que hacer en un día propicio quizás la vida aún nos sea transitable.
Sobre todo si lo que el espejo nos recuerda son cosas tan liberadoras como esas.
Y cuando llegue ese día, el camino tendrá sentido.
Gracias por tu visita. Anonadada me encuentro entre tus blogs...que voy a recorrer despacito, con tu permiso.
Una sonrisa
Un poema de grandes quilates. Abrazos.
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