En los aeropuertos se estima el tiempo como lo aleatorio.
En el CDG es igual que en todos los aeropuertos,
la soledad camina con las maletas
y se recuesta en las puertas de embarque.
Las cintas transportadoras mueven despacio sus gomas vacías
donde nadie espera nada,
y alguna persona sentada mira al suelo
teniendo sus manos en posición de rezo,
una plegaria silenciosa que apenas es perceptible por los demás,
mientras, un par de maletas rojas siguen esperándome en silencio.
En el CDG es igual que en todos los aeropuertos,
la soledad camina con las maletas
y se recuesta en las puertas de embarque.
Las cintas transportadoras mueven despacio sus gomas vacías
donde nadie espera nada,
y alguna persona sentada mira al suelo
teniendo sus manos en posición de rezo,
una plegaria silenciosa que apenas es perceptible por los demás,
mientras, un par de maletas rojas siguen esperándome en silencio.
F
6 comentarios:
Esa es la virtud de los aeropuertos.
El tiempo pasa de otra manera.
Abrazos.
La soledad siempre camina en silencio.
Una original forma de mostrar la soledad que nos acompaña siempre a cada paso, a cada momento...
Nacemos solos
morimos solos
un abrazo amigo. Marea@
No pierdas tu vuelo....
En los aeropuertos, andenes y terminales mi tiempo se trastoca también.
Si pudiera evitaría esos lugares, soy como una de esas maletas rojas.
Besos.
Viajaste cargado de equipaje. Lo que yo veo, ahora, son pequeñas maletas que uno mismo lleva al avión, coloca en la parte superior de su asiento -o en la de otro- y recupera ipsofacto al llegar a su destino. Espero que tu viaje te haya sido grato. Un abrazo. PAQUITA
Alguien que ama el rojo viaja mucho.
Que suerte tienen algunas!!!
Besicos
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