Alrededor de los semáforos en ámbar
la ciudad se oscurece,
un parpadeo lejano,
como un eco,
recorre la avenida
en el fragor de la tormenta.
Sucede tantas veces como hoy
que tus labios son húmedas pesquisas en los míos,
llenos de preguntas
sobre el dónde, el cuándo, el por qué.
Llueve con la intensidad del bucanero,
un revuelo de relámpagos
anuncian lo largo de los truenos.
El mar invade el fondo de la calle.
No pasan coches.
Apenas el silencio y tus manos
tocándome la piel,
estremecida te cubres con mi cuerpo,
aunque estoy lejos, te sirvo de ancla,
muelle donde percatarte del paso de las horas,
para tenderte ante mi desnuda, sin complejos,
siendo del paisaje de la tarde
el vuelo irremediable de una alondra.
la ciudad se oscurece,
un parpadeo lejano,
como un eco,
recorre la avenida
en el fragor de la tormenta.
Sucede tantas veces como hoy
que tus labios son húmedas pesquisas en los míos,
llenos de preguntas
sobre el dónde, el cuándo, el por qué.
Llueve con la intensidad del bucanero,
un revuelo de relámpagos
anuncian lo largo de los truenos.
El mar invade el fondo de la calle.
No pasan coches.
Apenas el silencio y tus manos
tocándome la piel,
estremecida te cubres con mi cuerpo,
aunque estoy lejos, te sirvo de ancla,
muelle donde percatarte del paso de las horas,
para tenderte ante mi desnuda, sin complejos,
siendo del paisaje de la tarde
el vuelo irremediable de una alondra.
F
5 comentarios:
Me quedé pensando en los labios húmedos de preguntas...
♥
Y yo en el silencio y tus manos tocándome la piel....
Como siempre Maestro aquí encontramos arte plasmado en letras maravillosas.
Un abrazo,
Maya
Transité por aquí un instante...batiendo alas...
Besos.
el vuelo de una alondra es como el despertar en la madrugada
un beso
Siempre me han atraído las luces de los semáforos en la calle. Ésta vez son un paisaje perfecto para un buen final o principio de algo
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