La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco

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domingo, 24 de mayo de 2009

Vendrá despacio






Vendrá despacio,
en las mareas de la tarde
caben los barcos que anochecen
y en las velas se arrastran las preguntas
que en su boca son semillas de viento y alumbre del ocaso.

Cada ciudad tiene una puerta abierta por donde recogerse,
un sendero de esfuerzo y de días donde el aire nos acoge
y nos habla del ayer y del mañana,
cuando ella fue parte de todo lo habitable
y cruzaba el río y en sus ojos
había más océanos y lluvia
que en los mapas del tiempo
en pleno mes de octubre.

Así y todo, los decálogos se pierden en las estaciones
y cada vez que soy un tren de largo recorrido
ella se sienta y mira a lo lejos,
esa lejanía que estremece
y me cala tan cerca y tan hondo como un último beso.










5 comentarios:

irene dijo...

Siempre es un bálsamo para mí perderme por este lugar, me estremecen tus poemas, la música me hace encontrarme como en casa, y te superas cada día con las imágenes que eliges.
Buenas noches, con esta visita pongo el broche de oro por hoy, ya es muy tarde.

ybris dijo...

Atardece lentamente.
En tanta lentitud cabe lo que pasa y lo que queda.
Como en una estación en donde esperamos.

Abrazos.

Marisa Peña dijo...

bello final del día, en su lentitud decadente...Un beso, poeta.

La sonrisa de Hiperion dijo...

"Así y todo, los decálogos se pierden en las estaciones"


Por que el vapor que sigue existiendo en las estaciones de donde parte algo más que el amor, deshace todo lo existente....

Saludos!

Marcos Callau dijo...

Maravilloso todo, de principio a fin, pero me quedo con ese broche final asombroso y genial.

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