Soy de un faro los catorce segundos de silencio,
de un viaje la parte que recuerda,
de una mano el surco donde se guarece la luz y la sombra.
Hay pájaros que sostienen la soledad en la mirada
y árboles que ensayan el equilibrio buscando el cielo.
Tal vez haya encontrado entre las piedras la flor de la primavera,
sencilla hierba que florece aún siendo en el centeno la cizaña
porque así está escrito en la rueda perpetua de la vida.
de un viaje la parte que recuerda,
de una mano el surco donde se guarece la luz y la sombra.
Hay pájaros que sostienen la soledad en la mirada
y árboles que ensayan el equilibrio buscando el cielo.
Tal vez haya encontrado entre las piedras la flor de la primavera,
sencilla hierba que florece aún siendo en el centeno la cizaña
porque así está escrito en la rueda perpetua de la vida.
F
8 comentarios:
Otro abrazo de compañía de vuelta...
"Hay pájaros que sostienen la soledad en la mirada
y árboles que ensayan el equilibrio buscando el cielo."
Me encanta venir a tu espacio, a darme un chute de tranquilidad y sosiego...
Saludos!
Hermosa flor que renace entre las piedras una y otra primavera...
Un beso
¡es que adoro este poema!
Quizá a rás del suelo, y no en la soledad de las aves, encontremos el pequeño milagro. La vida puede brotar entre las piedras
Besicos!
La verdad, la nuestra, casi nunca está a la vista. Lo trascendente casi nunca es evidente. El primer verso es poesía con mayúsculas.
En los tres últimos...¿cómo has construído una paradoja tan perfecta? Ya lo sé. Por eso eres poeta.
Mi admiración, rendida.
Laura
Soy de la primavera... la yema del árbol que renace.
Besos.
Tal vez hayas encontrado la flor de la primavera entre las piedras, tal vez.
Ya no puedo remediarlo, si veo un faro lo asocio a ti, tú y los faros, los faros y tú.
Besos.
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