Me he sentado al borde mismo de tu sueño,
como el vigía incansable que en silencio te desea.
He abierto la luz,
el manto azulado
es un desierto de memoria que te cubre,
una emoción que en mi ausencia se rebela.
Pero vuelvo con el relámpago de mis dedos,
la llama que te incendia
y en su caricia
se cerciora de que existes.
Publicado en El cronista de la red
3 comentarios:
Me gusta este poema, de principio a fin, pero sobre todo esa primera frase,
me he sentado al borde mismo de tu sueño...
Un beso.
Bella colección de faros la de "Cronistas"
Se palpa el placer de los dedos-faros que indagan la existencia de otros cuerpos.
Abrazos.
Me gusta mucho tu poesía de faros. Y creo que eres un experto en captar la atención a partir del primer verso. Suele ser siempre impactante, precioso, como éste.
Te echo de menos, Sarría, hace días que no sé de ti. A ver si vengo a alguna Campana.
Besitos
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