Él jamás pensó que actuara de ése modo. La vio salir de la librería un lunes lluvioso, y dejó que la lluvia le empapara hasta los huesos. La siguió con la mirada hasta que giró la esquina y la perdió, la dejo ir. Fue al mismo lugar, el resto de la semana quizás la viera, pero ella no estuvo allí.
Quizás la lluvia se la llevó consigo, pensó. Y quizás el próximo lunes, la vea saliendo de la librería, puede que ella, suela ir los lunes. Puede que el próximo lunes, ella sea para mí.
Mírala, ahí está, son las diez cero cinco de la mañana, y ella entra en la librería con un caminar seguro, suave y sencillo. Faltaban unos minutos para las once, cuando ella salió. Él apuntó el objetivo sin apenas respirar, no podía fallar, era una oportunidad única. La brisa era la correcta, respiró suavemente, y disparó una, dos, tres, imposible detenerse, era tan perfecto ése instante, era tal la excitación que sentía que se avergonzó por ello. Memorizó cada movimiento del cuerpo de ésa mujer en cada uno de sus disparos; y en sus labios apenas tres palabras, ya fue mía.
Ella le vio, le sonrió, y mientras miraba como él se le acercaba, ella le disparó una, dos, tres, imposible detenerse, era tan perfecto ése instante, era tal la excitación que sentía que se avergonzó por ello.
Heridos de placer, se subieron en el mismo taxi, y sus miradas arremetían como olas contra las rocas, esculpiendo en sus ojos imágenes de cuerpos desnudos, llenando de bravura y espuma un quebrar entre sabanas.
Entre los dos, ciento diecisiete fotografías. Apunta, dispara…
Sarbalap (Beatriz)
9 comentarios:
sólo ciento diecisiete? :)
apunta y dispara.. dispara sin parar.
Las fotos del alma hacen clic en el corazón...
Me gusta tu blog Fernando. Lo he redescubierto. Gracias.
Otro beso grande.
Certeros disparos.
Ojalá el deseo se colmara con imágenes.
Precioso relato.
Abrazo.
Fue una sesión fotográfica muy fecunda
Estupendo relato de Sarbalap, disparo certero a nuestra imaginación y curiosidad para seguir leyendola.
Felicitaciones.
El deseo suele ser así: apunta y dispara como una cámara reveladora. Un relato muy poético y hermoso Beatriz.
Besos
¡¡guauuuu!!!
¡¡qué preciosidad de relato!!!
perfecto!!!
Un beso.
Todos los disparos como ésos. Ojalá.
Delicioso.
Sencillo, original, bonito.
Qué bueno, hombre
encantado, ha sido un placer
www.altilloparados.blogspot.com
alberto
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