Sería fácil dejarse llevar....lo hago a veces, es cierto, cuando me quiero olvidar de las cosas que me duelen hay un primer intento de emborronarlas, así hago con las personas que he amado y se fueron lejos o para siempre, esa ausencia es una sombra fértil que nos habla con la voz más dolorosa, la que nos da la consciencia de su abandono.
Tras esto no cabe más que la aceptación de que la vida sigue, aunque venga el desembarco del otoño (estos meses de grises y cenizas con sus pliegues rudos) y en él se pueda meter tantas cosas que caben la zozobra de mis emociones, esa playa de naufragios, ese lugar donde habita un poco más de muerte, todo lo que me ha dejado en este cuerpo mío cicatrices, las cuales, recorro sin más respuesta que esas pequeñas gotas de acíbar que siempre sabe traer el tiempo.
Tras esto no cabe más que la aceptación de que la vida sigue, aunque venga el desembarco del otoño (estos meses de grises y cenizas con sus pliegues rudos) y en él se pueda meter tantas cosas que caben la zozobra de mis emociones, esa playa de naufragios, ese lugar donde habita un poco más de muerte, todo lo que me ha dejado en este cuerpo mío cicatrices, las cuales, recorro sin más respuesta que esas pequeñas gotas de acíbar que siempre sabe traer el tiempo.
15 comentarios:
Es tan difícil dejarse llevar, ser, sentir...
Pero, tambièn el tiempo se encarga de diluir esas gotas de acìbar. Cuàn fàcil es curar las cicatrices del cuerpo. Las del alma no cierran nunca. Abrazos.
Las cosas que duelen nunca se olvidan, NUNCA, quizá y con suerte se adormezcan y aprendamos a vivir con ellas, sin que nos duelan tanto, incluso con el tiempo se conviertan en caricia del tiempo que paso.
Besos
Yo tambien lo hago en ocasiones y a veces me sienta hasta bien (pocas ) eso de recorrer con los dedos cicatrices con las que me gusta vivir desde hace un tiempo .
Besos
Me gusta llevar las cosas a mi terreno, a mi forma de verlas y quizás me dirías que cada uno es libre de verlo, de mirarlo a su manera o según le convenga o lo sienta. Y es cierto. Por eso te diré que Sería fácil dejarse llevar... dejarse llevar por lo vivido, por lo que aquellas personas que se ha amado han dejado en nosotros ya que es una sombra fértil que nos habla. Y si es fértil... ¿por qué ha de ser dolorosa? ¿por qué no ha de ser grata? ¿por qué no puede traernos los momentos felices, los momentos compartidos...?
La vida es una continua aceptación, ¿por qué sufrir por lo pasado, por lo que ya no se puede cambiar? podemos aprender de ello, pero no merece la pena ahondarnos sólo en las tristes y dolorosas. Las cicatrices, las gotas de acíbar que a veces nos pueden traer, quizás nos ayuden a ver o valorar mejor lo bueno vivido, compartido, amado y sentido.
El tiempo, amigo, desembarca toda la carga que lleva en sí, sepamos disfrutar de TODA ella.
Un abrazo querido amigo, dulce, para que equilibre las gotas de acíbar.
Sería fácil dejarse llevar...pero no lo es...cuando los recuerdos son aún heridas abiertas que tardarán es cicatrizar...pero sería tan hermoso dejarse llevar...
Un beso fer.
No quería creerlo pero es verdad, el otoño no es tu estación preferida.
Cómo me gustaría que cambiaras el chip, la melancolía del otoño, de los recuerdos, puede ser también dulce.
Aunque a veces nos complace hundirnos en nuestro abandono, muerte, cicatrices, acíbar...
Yo, que tengo más experiencia que tú, te juro que nuevamente saldrá el sol.
Un abrazo muy, muy fuerte, Fernando.
Yo sí me dejo llevar por este otoño maravilloso que ahora mismo me penetra entre castaños por el Bierzo.
Y te aseguro que más quiero ahora recordar que olvidar.
Quedas invitado a estos paisajes.
Un abrazo.
Creo que para el acíbar del alma no hay estaciones.
Existe la poesía para mitigar sus efectos. Las caricias para
curar heridas y sacar las cicatrices al sol de un buen amigo. Los paseos por hayas centenarios en la que se queden a vivir las negras penas, y para la tristeza hay un refugio de almas que siempre está abierto.
Estoy con los microcuentos. Próximamente te los mandaré.
Un beso, Sarría, que el otoño sea benévolo contigo.
Luisa Fernández.
Sí sería fácil dejarse llevar, Fernando, pero es más efectivo bucear el dolor y la tristeza. Empaparse.
Beso en las cicatrices,
Lula.
(y gracias, guapo)
es tan fácil y a la vez tan difícil dejarse llevar...
un beso de otoño
He descubierto que la lluvia del otoño, esa que cae despacio y constante, también es buena. Porque limpia todo lo que de malo deja en nosotros el paso del tiempo.
Como haría yo para reconciliarte con el otoño y su "tempo"..¡ay!
Duele dejarse llevar... sobre todo cuando lo hacemos por esas sombras que nos dan consciencia de tantos abandonos... Ojalá diera resultado.
Besos.
Entiendo lo que explicas, el dolor por la ausencia, y la búsqueda del seguir...
Y de tus reflexiones, de la forma, siempre me quedo con alguna palabra con la que endulzas la prosa. Hoy: acíbar. Bonita palabra.
Besos
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