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En la taberna,
el gran Kahaiam está escribiendo unos versos.
Acaricia su copa
y siente vibrar entre los dedos la antigua carne de un cuerpo.
“Bebamos todos” – grita.
“Mirad sus muslos, sus pechos.
Oh bella mujer, barro hoy. Quiero besar tus labios
una y otra vez.
¡Tabernero!: ponle color a este cuerpo.
Quiero apurarlo antes de que el Alfarero venga a por mí
y me convierta en copa o en taza o en sopera
y de una a otra mano pase sin amor.
Antes de que llegue ese día, tabernero,
quiero entregarme a ella.
Sé bondadoso
y escancia generosamente su corazón.”
Isabel Barceló Chico
F
6 comentarios:
Muchas gracias por colgarlo, querido fernando. Casi me da vergüenza, a la vista de tantos buenos poemas como se han leído hasta ahora, pero vaya, lo importante es participar. Un abrazo muy fuerte.
carpe diem... el barro nos acecha entre los dedos mientras hablamos de amor
excelente poema
un abrazo
Isabel, no tengas vergüenza alguna, este poema es precioso, hermoso, evocador de lo efímero que es todo, y doy toda la razón a Camille ¡"Carpe diem"!
Gracias Fernando por darnos a conocer las obras de tus Amig@s, un beso para tí a cada uno de los que me preceden y a l@s que vendran...
Justo en este momento canta Hilario...
Me he dejado llevar por la música... y todos tus post últimos... Cuánta belleza!
Es un poema estupendo y poderoso, Isabel. Nos transportan tus versos, como al gran Kahaiam los suyos.
Besos
Es un poema de lectura lenta lo encuentro muy bien elaborado, el uso metaforico del barro entre las cosas y el ser y a lo que llegamos, genial.
Es una invitación a vivir la vida.
Saludos
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