El sol ya no entra por la ventana las noches sin tejado,
y lo descubrí cuando vi cuchillos en el cajón,
vinieron a mi mente recuerdos de una playa sin olas
y tu risa acompañando el motor de un coche alquilado.
Sé que me vas a hacer daño
porque has cerrado de par en par las puertas de nuestro mundo.
Me hablas de cambiar de vida
de esconder nuestros secretos bajo el suelo del salón,
de vender lo que no tenemos,
de plantar zanahorias
y de cerrar los ojos para no ver,
mientras yo recuerdo la imagen de un pie desnudo en nuestra primera cita
un miércoles soleado
durante el invierno más frío de Madrid.
Sé que intentas decirme algo
y lo sé porque he visto tus cuchillos,
así que se me hace raro los susurros al oído
prometiendo lluvias para el próximo verano,
porque sé que el próximo verano nunca va a llegar,
y también sé que me vas a hacer daño
más del que me haces ahora
cuando me follas por las noches
mientras afilas tus uñas esperando el momento para atacar mis temblores,
Hay algo que se rompe cuando me besas
los recuerdos de un tren que viaja hacia el norte
y el color de las flores, formando ráfagas sin disfraz.
Sé que me vas a hacer daño
porque nunca había visto ese brillo en tus ojos,
reflejándose en la otra orilla del mar.
Marcus Versus
6 comentarios:
El dolor de este poema alcanza hasta el séptimo sentido, ese que te queda cuando el sexto te falla y los cincos primeros ya no te valen para nada, porque el daño ya esta hecho.
Excelente y genial poema, Marcus.
Besos, Fernando.
Percibimos los cuchillos, sabemos del daño.
abrazos
El brillo en unos ojos puede ser el reflejo del miedo propio. ¿El daño también es propio?
Un saludo
alejemonos pues, si podemos, de los cuchillos que nos pueden clavar...
Besos afilados
Asombra la pródiga multiplicidad de los signos del daño. Sobre la avara escasez de los de amor.
Afortunadamente se detectan pronto.
Y hay versos hermosos como estos que lo cuentan.
Abrazos.
joder,
que ilusión.
Muchas gracias por elegir un poema mío para poner...
ahora mismo me dan igual los cuchillos, los coches alquilados que lleven por la costa, y las miradas que se reflejan en la orilla más alejada; porque me alegra enormemente que podáis leer este poema, o cualquier otro poema.
muchas gracias
abrazos
Publicar un comentario