Sí sólo fueras el viento
que mece el rumor de las drizas,
esa cálida humedad
que alumbra la piel
en los atardeceres del verano,
mi silencio cabalgaría
en las alas de las gaviotas,
en ese instante fugaz
en que son pájaros sin tiempo,
mantenidos en el cielo tornasolado
como la danza de un ballet
mientras suena un adagio.
Puede ser que nada sea cierto,
yo viva un sueño de poeta
y tú seas la tormenta que me espera
detrás de cada noche y su suicidio,
esa en que los relámpagos conducen a tu boca
y no hay más humedad
que la que me regala tu recuerdo.
Su ansia.
Su fuego.
Su dolor.
Su vértigo.
Su cuerpo.
Su llamada.
Su estancia.
Su cama.
Su amanecer
Su mirada.
Su despedida.
Su selva.
Su palabra.
Su silencio.
Foto de Andreas H. Bitesnich
6 comentarios:
transportas en pura ensoñación...
aunque sea sueño: suena el adagio y vuela el silencio con tu gaviota
enhorabuena
El ADAGIO...veo que Camille tambien comparte nuestros sueños... Un beso a cada uno!
Bueno y me dejo lo mejor tus palabras hermosamente enlazadas...
Sueños de poeta.
Uno querría hacerse lo que fuera con tal de acercarse y penetrar lo que se desea.
Abrazos.
Tu silencio cabalga en mi borrasca nocturna.
Besos húmedos
"Puede ser que nada sea cierto,
yo viva un sueño de poeta
y tú seas la tormenta que me espera
detrás de cada noche y su suicidio,
esa en que los relámpagos conducen a tu boca
y no hay más humedad
que la que me regala tu recuerdo..."
¡Qué belleza! No hay modo de expresar lo que me produjeron estos versos.
Los celebro!
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