En las esquinas del crepúsculo sólo el rojo te supera,
crece granado en los verticales muros de la tarde
y en las cúpulas de los templos arde en lo sagrado del fuego.
Una palabra a veces te sujeta
mientras fumas los cigarros turcos,
largos y densos como todos los olvidos.
Recuerda que puedes deshacerme,
soy tan débil como el vuelo de un águila,
que tienes en las manos todavía
el fruto devorado de mi deseo
y la arena del tiempo que nos huye.
La noche será justa.
Siempre nos deja los restos
envueltos en el azul del universo…
otra cúpula, otro templo, otro sueño.
F
6 comentarios:
Hermosa imagen, mágicos versos, me gusta mucho cuando se mencionan aromas en la poesía, los
aromas tienen la particularidad de unirse a las emociones y de esa manera quedan plasmados en nuestra memoria.
Hasta que los volvés a percibir y solo entonces el aroma se convierte en un catalizador, en un mesias que te trae ese recuerdo que creías olvidado, un boleto para evocar y contemplar un trozito de tu pasado.
Besos
Ups, me refería al tabaco
La noche siempre justa...
Un abrazo
Alba
La noche te traerá a ella...o por lo menos estará en tu sueños
Besines
¿Pueden deshacer a un hombre recio y fuerte aragonés? ¿Tanto es el poder del deseo? Me gusta pensar que sí, que se puede llegar a ser esclavo consentido de la noche.
Besos.
Pd: Gracias por pasar por mi blog que sé que estás muy liado.
ojalá la noche sea justa...
bss
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