Olvidé tu rostro.
¿Cuantas veces se quebró la noche
y nos dieron las voces de los témpanos su canto de alba?.
Entre tus sábanas de hilo y tu cuerpo selvático
se inscribió un sueño que nadie podrá profanar…
pero olvidé tu rostro….
aunque no haya dejado de pensar en ti,
tenga en mi mente el calido aroma de tu sexo
y la humedad que tu boca me donaba.
Mientras sigo recitando que tus piernas se asientan
sobre el poder del mármol…
olvidé tu rostro,
en el silencio y la oscuridad
de alguna noche en que dormí con otra.
Fotografía de Kris Gebhardt
6 comentarios:
¡Qué triste!, pero es así, olvidé su rostro.
Un abrazo.
Ya no lloro, mi amor, hago poemas,
y en vez de llorar yo, llora la tinta,
en mis versos las cosas que se pintan
salen de ti, mi preferido tema.
Sonetos que te llaman,
palabras que se prenden,
cosas que sólo entiende
alguien que también ama.
(No olvidaste, no finjas)
Un (b)eso
Enseñame cómo se olvida el rostro de alguien...
Hay rostros grabados en el alma...imposible olvidarlos
Eso me doliò:(
Què difìcil la aceptaciòn de lo irremediable, Fer...
A veces el rostro que se queda no es el físico, a veces lo que queda es el sentir, el dar, el entregar, el recibir, el vivir. Cuando se siente, se vive y se da todo, queda el rostro de la plenitud, de lo vivido, de lo sentido, de lo dado.
Grande es recordar el rostro de la mutua donación. Besos.
Publicar un comentario