Cada vez es más difícil ausentarse,
también lo es el regresar.
Cada vez que cruzo los puentes
siento en el agua una somnolencia que me conmueve.
Estaría tomando de su mano la humedad,
o el resumen de un atardecer,
ese murmullo en el viento
en que sin palabras
todas las verdades se desnudan
y me impregnan con su lluvia de tristeza.
Son las dagas con que el recuerdo nos avala.
Al regresar, el río es un jameo de proposiciones
y en ellas todas las mujeres que he amado,
todos los amigos que se han ido,
todos mis parientes muertos,
todos los sueños perdidos,
arremolinan sus manos
y devoran mis sentidos,
quieren arrastrarme con ellos al fondo
donde reposan sus palabras olvidadas,
y yo debo respirar y descubrirte,
saber que todavía me esperas
y revivir en un nuevo Ulises,
buscando en la otra orilla, tu piel y tu deseo.
Fotografía
aquí
3 comentarios:
Sublime poema, Fernando. Dichosa morriña que nos encoge el corazón, pero...no se puede...evitar.
Muchos besos.
Hermoso,
Cada vez es más difícil ausentarse,
también lo es el regresar...y yo debo respirar y descubrirte,
saber que todavía me esperas...
Un gran abrazo
Alba
Casi conozco ese puente,
abrazos
J.
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